la primera vez que vi
retrato de un niño muerto
de Siqueiros;
aún recuerdo como me sentí.
primero sentí
muchísimas ganas de ir
al baño
por tantos tonos cafeces,
pero después de dejar
que aquellos personajes
nadaran en mis pupilas
comencé a sentirme
como uno de ellos
al principio,
y como ambos
al final.
me sentí como el niño
que sostiene el cadáver
en sus brazos
desesperanzados,
buscando alguna clase de respuesta
en tu mirada.
y me sentí
como el niño
que yace sin aliento, sin vida
y sin nada en absoluto,
en los brazos que
buscan un abrazo, pero
que no encuentran
nada más que frío.
así me sentí la primera vez
que vi
retrato de un niño muerto,
de Siqueiros,
y desde entonces he sentido lo
mismo cada vez que recuerdo
la última vez
que moriste.
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