lunes, 31 de mayo de 2010

Rompiste Mi Felicidad, y por si Fuera Poco, Te Acabaste Todo el Té

la gente
no lo sabe
(y mucho menos las mujeres)
pero
hacer feliz a un
poeta
es lo más fácil
del mundo.
todo lo que se necesita
es una caminata
por el centro,
junto a una mujer
bonita o fea o extraña
o lo que sea,
tomados de la mano,
una plática superficial
acerca de van Gogh y sus
putas
y unas nubes que cobijen.
lo que la gente sí sabe
( sobre todo las mujeres)
es cómo hacer miserable
a un poeta.
"es lo más fácil del mundo"
dicen a sus amigas
y su actual novio.
"todo lo que hay que hacer
es darles un empujoncito,
uno pequeñito
y ellos hacen el resto"
lo mismo pasa con los
gatos cuando
tiran la taza
que está en la mesa.
la diferencia
reside en el ruido
al caer.
los poetas hacemos más.
la taza la escuchas
sólo cuando choca contra el
suelo.
pero a los poetas
los escuchas por
días semanas meses
incluso años.

y ya no sé
qué es más
fácil
y mucho menos
qué es más correcto.

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