las aves caen
las aves mueren
las aves nos observan
cuando despertamos
del sueño
que la muerte
nos acomoda
en nuestro tocador
y dios se voltea
dios no sonrie
dios camina trabajosamente
sobre el pasto
como una cucaracha
en un jardin descuidado
y los cuervos cantan
y nos encantan
y la slámparas
de mi habitación
estallan en las
pupilas
cuando intento concentrarme
para descifrar
la trampa que se esconde
en el eterno resplandor
de una mente
sin recuerdos
y me voy
y te dejo
(y te voy
y me dejo)
y te digo un millón
de mentiras
esperando que las creas
cuando la noche
ya no pueda
abrazarnos más.
porque te callas
y me callo
y enfrentamos
a mil demonios rusos
antes de darnos cuenta
de que las sillas
tienen ruedas
y como las ruedas
giramos también
en margaritas
inclinadas.
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