quiero que nos perdamos
en los extraños espirales
espirituales
del kharma y el dharma y el
eterno insideout que algunos
llaman enamorarse.
quiero que nos dejemos llevar
por los sonidos de guitarras
distorcionadas y llenas de
efectos (¿secundarios?)
quiero que empalaguemos nuestros
oídos con sonidos corporales y
abstractos
quiero que caigamos en estados
de trance, y nuestras auras se
unan
y hagan poesías de cuando
vivíamos el amor de la
Segunda Guerra Mundial
quiero saber qué se siente ser yo
quiero que nos dejemos arrastrar
en la meditación, a la reflexión
de lo que es el ser y terminemos
haciendo el amor con el ser
y la nada.
quiero que nos convirtamos en
una laguna que se la pase
girando y girando alrededor de
los ojos que lo ven todo y las
bocas que lo besan todo
quiero que nos acaricien
millones de insectos rastreros,
y
que después se alimenten de
nuestro sudor y nuestra
sangre
y todas nuestras apestosas
muertes
quiero que alcancemos el nirvana
escuchando nirvana
quiero que seamos alcohol
para bebernos hasta la
ausencia
quiero que nademos en las
lagunas del otro y del absurdo
y quiero que nos ahoguemos
también
porque dice Mictecacíhuatl que
cuando dos artistas mueren
juntos
los dioses les conceden el don
de reencarnar
como una pintura de
Kandinsky.